Château de Nalys: Renovación y ampliación

Para lograrlo, nos hemos concentrado en 3 puntos clave de programación:

• Cumplir los requisitos de vinificación del Château: Empezamos por comprender los escollos de la propiedad actual, los puntos de fricción. A continuación visitamos las bodegas de la familia en Ampuis y conocimos sus requisitos y normas. Por último, elaboramos un plan maestro que representaba el proceso ideal para vinificar tintos y blancos, manteniendo la mayor gravedad posible e integrando los equipos necesarios para una buena vinificación.
• Construir un edificio que simbolice la nueva historia de Nalys: En la fase de planificación, tuvimos que decir a los arquitectos que el proyecto tenía que representar la transformación de la finca, el cambio de estatus y reflejar la excelencia de los vinos que ahora se producen, sin exagerar. De hecho, es necesario trabajar con el contexto local de un terruño ya muy reputado y formado por las grandes familias del sur de Côtes du Rhône. Había que evitar ser demasiado grandilocuente en el diseño del proyecto y no presumir demasiado. El reto del proyecto era conseguir que pareciera que el castillo siempre había estado allí.
• Minimizar el impacto del proyecto en su entorno natural: Lo primero que hay que hacer es identificar el contexto medioambiental del proyecto. En este sentido, investigamos el clima local para identificar los elementos contra los que hay que protegerse y los que hay que aprovechar. En Châteauneuf, y aún más en Nalys, que está situado en una colina, el diseño tendrá que trabajar con los vientos dominantes y los altos niveles de luz solar. Preservar el medio ambiente también significa minimizar el impacto del proyecto en términos de emisiones de carbono, tanto mediante el uso de materiales de construcción sostenibles y locales como trabajando en el rendimiento energético de los edificios, así como garantizar que se conserve todo lo posible del tejido existente para evitar a toda costa la demolición / reconstrucción siempre que sea posible. Estas consideraciones van más allá de las cuestiones de programación y forman parte de un planteamiento basado en la resiliencia y la discreción con respecto al medio ambiente, del que los viticultores obtienen toda su prosperidad.